Vigila tu sombra, nunca sabes quien puede volver a buscarte. - Zero.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Cap 6 - Mago

Cuando llegaron al puerto los magos aun seguían riéndose y ahogando a esa persona sin ningún miramiento ni compasión. Alfa y Noa se acercaron sigilosamente hasta llegar a unos barriles que habían justo detrás de los magos.

- Son demasiados... - Pensó Alfa al verlos. No tenían pinta de ser magos muy poderosos, mas bien parecían un puñado de novatos haciendo el tonto pero nunca había que menospreciar a un mago.

Noa por su parte se veía notablemente incomoda, los magos la ponían nerviosa y no era para menos.

- Noa, relajate... - Le susurro la voz de Zero desde el transmisor.

La voz de Zero siempre la tranquilizaba y le infundía valor, sabia que Zero siempre estaba ahí velando por ellos en todo momento.

- Escuchadme bien los dos, he estado investigando y por sus túnicas son magos del gremio de LasterKha, y no son famosos por su amabilidad, Alfa tienes carta blanca para hacer lo que sea pero daros prisa, el “juguete” ya apenas se mueve...

Cuando Zero dijo esto Noa se sobresalto, miro al agua de nuevo donde el agua estaba agitada y no pudo controlar su impulso.

- ¡¡Parad por favor!! - Grito saliendo de su escondite.

Los hombres encapuchados se giraron hacia ella, incluso el que manejaba el agua paro dejando tendido en el aire a la pobre victima. Alfa se quedo atónito ante este imprevisto, adiós a el ataque sorpresa.

- ¡Noa! ¿Pero que haces? ¡Vete de ahí! - Le grito Zero.

Al escucharle Noa se dio cuenta de su error pero antes de poder reaccionar una bola de fuego volaba hacia ella.

- ¡Noa! - Grito Alfa, acto seguido se interpuso entre ella y la bola, sufriendo graves quemaduras.

- ¡Alfa! - Noa se arrodillo a su lado.

Los magos rodearon a una Noa aterrorizada y un Alfa semi inconsciente.



- ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Anima! ¡Ve rápido! - Grito Zero notablemente alterado.

Anima salio corriendo sin decir ni una palabra. Zero se recostó en su silla si poder dejar de mirar la pantalla, si Anima no se daba prisa Noa y Alfa morirían a manos de esos magos.

- No debí enviarles a ellos... - Se lamento mientras se revolvía el cabello de la nuca intentando calmarse.



Noa se abrazo a Alfa con los ojos inundados en lagrimas mientras los magos se acercaban mas y mas.

- ¿No sabéis que no hay que meterse en los asuntos de LasterKha? Odio a los de Otherland, os creéis el ombligo del mundo, ¿verdad? Pues ya no – Dijo uno de los encapuchados con una sonrisa que reflejaba toda la crueldad de un gremio entero.

Noa se limito a observarle en silencio, sabia que ella nada podía hacer, su magia no era ofensiva y aun que intentara curar a Alfa no le dejarían. Los magos se alejaron unos cuantos pasos menos el que parecía el cabecilla, el único que había hablado y el único que estaba torturando a quien habían venido a salvar. Entonces alzo los brazos dispuesto a lanzar un hechizo que con toda seguridad los mataría de un golpe. Las lagrimas de Noa comenzaron a deslizarse por sus mejillas, su cuerpo solo podía temblar así que se limito a mirar a Alfa, que a causa de sus heridas yacía inconsciente hacia unos minutos. Noa podía escuchar como aquel despreciable ser que se hacia llamar mago murmuraba las palabras del conjuro. Pero en contra de todo pronostico Noa se levanto. Se planto frente a su enemigo, bastón en mano y mirada decidida. Zero se limito a contemplar la escena en silencio. El mago miro a Noa, incrédulo pero prosiguió su conjuración cuando de repente Noa murmuro algo a gran velocidad y de repente la punta de su bastón lanzo una onda mágica que lanzo al mago hacia atrás varios metros, casi cae al agua.

- Interesante... - Murmuro Zero.

Noa cayo sentada al suelo, visiblemente agotada, nunca había hecho algo así. Estaba entre sorprendida y asustada. El mago se levanto rápidamente, sin ninguna herida, al fin y al cabo solo fue una onda, pero aun así le había tumbado una cría indefensa, estaba colérico por ello. Se acerco hacia la joven, acompañado por sus colegas, con la clara intención de vengarse pero de repente unas llamas que aparecieron de la nada les rodearon.

- … Por... por fin... - Dijo una voz tras de ellos.

Era la persona que estaba siendo ahogada, un mago igual que ellos. Estaba totalmente empapado, salvo sus manos con las que controlaba el fuego. Noa se quedo mirando el espectáculo que las llamas ofrecían, un grupo de magos supuestamente poderosos gritando como niñas e intentando escapar del fuego. El mago de fuego movió las manos mas rápidamente, formando un único camino a seguir con las llamas y obligo a los otros magos a marcharse de allí, siguiendo ese camino.

Noa se quedo mirando a ese mago, llevaba las mismas túnicas que sus agresores... ¿Seria un marginado como ellos? Estaba segura que si, y que esa era la razón por la que Zero les había mandado a buscarlo.

- ¿Hola? - Dijo el mago que ya se había arrodillado frente a ella - ¿Estas bien?

- Hola... Si... ¿Y tu?

- Ahora mejor... ¿Que tal tu amigo?

¡Alfa! ¡Con todo el alboroto se había olvidado de el! Noa se giro rápidamente y fue hasta el. Invoco un hechizo para las quemaduras y le dio una poción. A los pocos segundos Alfa recupero el sentido.

- … ¿Estas bien Noa?... - Susurro.

- Si... Muy bien...

- ¿Y a quien hemos venido a salvar?

- También estoy bien, gracias por preguntar – Dijo sonriendo el joven mago mientras se agachaba al lado de Noa – Tus poderes de curación son realmente buenos... esto...

El joven de ojos castaños y larga melena también castaña recogida en una coleta se quedo mirando a Noa esperando. Noa sonrió levemente y dijo.

- Me llamo Noa, y el es Alfa.

- Encantado de conoceros a ambos, me habéis salvado la vida. Mi nombre es Romeo.

Alfa se incorporo.

- ¿Y como es posible que te doblegaran siendo tan poderoso? - Pregunto Noa con curiosidad.

- Veréis, es que yo soy un mago elemental, dedicado al fuego. Si estoy totalmente mojado el fuego no puede fluir por mi cuerpo y no puedo hacerlo surgir, ademas que si apenas tienes tiempo para respirar no puedes ponerte a conjurar – Esto ultimo lo dijo sonriendo.

- Bueno, sera mejor que volvamos a casa. Hay alguien que quiere conocerte, Romeo. En verdad ya debe conocerte... - Y dicho esto se puso en pie.

Noa se limito a reír y Romeo a poner cara de no comprender nada. Los tres pusieron rumbo a Otherland.

Por otra parte, en una calle no muy lejana...

- No sois tan poderosos cuando os desangran por el cuello como cerdos... - Dijo Anima sentada en uno de los cadáveres de los magos mientras limpiaba su daga con la túnica de su victima.

Como era costumbre, se deshizo de los cuerpos tirándolos al mar con piedras atadas pero no sin antes dejarles su propia marca grabada con su daga. Una vez acabado su trabajo volvió a casa.

Zero se limito a observar una vez mas el trabajo impecable de Anima, en silencio.
as

1 comentario:

  1. Yay por favor, como me mola la historia
    asiq na, a la espera andaré de que saques el siguiente *-*

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