Vigila tu sombra, nunca sabes quien puede volver a buscarte. - Zero.

martes, 28 de diciembre de 2010

Cap 11 – Gemelas

Perdonad el retraso, he tenido varios problemas personales pero aquí tenéis el capitulo once un poco mas largo de lo normal, para que no os quejéis.

Disfrutad y gracias por leer^^

-----------------------

Hace cuatro años, en un pequeño pueblo de las montañas, en la torre del gremio Mont-chu.

Unos pasos por el pasillo retumbaron de buena mañana, se detuvieron al llegar a la habitación de las gemelas Ukmash. La joven abrió la puerta y como de costumbre solo podía ver la cabellera del color del atardecer de su hermana entre las sabanas de su cama. Nia y Noa eran gemelas, eran totalmente idénticas excepto en dos detalles, por una parte su personalidad tan opuesta y por otra, y por el cual los demás podían reconocerlas, la largura de su cabello. Ambas tenían el mismo color anaranjado de su madre pero Nia lucia una cabellera larga hasta prácticamente las rodillas, puesto que no se preocupaba demasiado de cortarlo, y Noa tenia el cabello hasta la mitad de la espalda nada mas.

- ¡Nia! ¡Despierta! El maestro quiere verte ahora.

- Hummm – Gruño Nia tapándose con la manta hasta arriba.

Nia frunció el ceño y tiro de la sabana con fuerza al grito:

- ¡Que te levantes he dicho!

Tan fuerte tiro, que Nia cayo de bruces al suelo.

- ¡Pero seras bestia! - Grito Nia mientras se levantaba.

- Deja de quejarte y vístete, que el maestro quiere verte.

Dicho esto se marcho, dejando a una Nia medio dormida. Durante unos breves momentos estuvo asimilando la frase de su hermana. Cuando la descifro por completo se vistió corriendo y salio como alma que lleva el diablo hasta la sala del maestro.

Una vez delante de la puerta se adecento un poco el pelo y las ropas, dio unos golpecitos a la puerta y la abrió.

- ¿Me ha hecho llamar, maestro? - Dijo tímidamente.

- Ah, Nia, pasa pasa, te estábamos esperando.

Nia entro y vio como todos los grandes magos del circulo del consejo estaban reunidos. Se sintió un poco confusa pues este tipo de reuniones eran secretas y nadie que no fuera del circulo del consejo podía entrar o tan siquiera saber que había una reunión en curso. El circulo del consejo lo formaban los maestros de los gremios mas poderosos de este lado del continente.

- ¿A que esperas? Ven, acercate – Dijo el maestro con aquel tono tan amable que le caracterizaba.

Nia se relajo por un momento, la voz del maestro siempre la calmaba pero cuando vio el semblante serio de todos los demás magos allí reunidos supo que algo no iba bien. Se coloco frente al maestro he hizo una reverencia, mientras los demás magos la rodearon.

Todos se quedaron en silencio, mirándola, hasta que Nia no pudo mas y hablo:

- ¿Ocurre algo? - Dijo ya preocupada.

Al final el maestro suspiro pesadamente y se decidió a hablar.

- Nos han llegado rumores Nia... Rumores sobre tu hermana Noa...

Nia dio un respingo, ¿que clase de rumores podían circular sobre su hermana si todo el mundo la adoraba? Es mas, ¿como de serios debían ser los rumores para que la convoque el circulo del consejo? Nia miro con incredulidad a su maestro, esperando respuestas a estas preguntas que no era necesario formular.

- … Como bien sabes esta prohibido entablar amistad con alguien que no sea mago...

- Si, lo se – Le interrumpió Nia.

- Pues bien, ha llegado a nuestros oídos que Noa no solo a entablado una amistad con un no-mago sino que han llegado mucho mas lejos.

Nia no podía creer lo que oía, su hermana, su propia hermana, la que siempre le decía a ella por activa y por pasiva que debía cumplir las normas del gremio, había violado una de las normas mas importantes. Los magos solo podían casarse entre ellos para evitar que su sangre poseedora de magia se perdiera entre “mestizos” así que normalmente los maestros de los gremios de magos se ocupaban de prometer a sus miembros entre ellos, y Noa ya estaba prometida ademas.

- Así pues... – Continuo el maestro sacando a Nia de sus pensamientos -... Como familiar tuyo directo que es debes encargarte personalmente de castigarle con la pena mayor.

Se noto en el tono de las palabras del maestro que le dolió tener que decirlo pero era una orden directa del circulo del consejo. Nia no se fijo en ese detalle, solo podía notar como las manos le temblaban y el cuerpo le pesaba cada vez mas, no podía creer lo que le pedían... Le pedían que matara a su hermana con sus propias manos.

Hizo una reverencia y salio de la sala, en silencio. Cuando cerro la puerta tras de si no pudo seguir conteniendo las lagrimas y rompió en llanto.


Llegada la noche, Nia salio a pasear con Noa por los alrededores del pueblo, llegando a un barranco desde el que se podía ver todo el pueblo.

- ¿Que pasa Nia? - Dijo Noa – Llevas muy callada desde esta mañana, ¿que te han regañado? - Pregunto sonriendo.

Nia no le respondió, estaba demasiado ensimismada como para darse cuenta de que le hablaban. Noa la miro con tristeza.

- Entonces te lo han dicho, ¿no?

Nia la miro con incredulidad.

- ¿Entonces es cierto?

Noa asintió.

- Si, tenia intención de presentártelo esta noche pero se marcho esta mañana por miedo a las represalias.

- ¿¡En que estabas pensando!? ¿¡Sabes cual es el castigo por esto!?

- Lo se muy bien, pero no esperaba que te fueran a castigar a ti también – Dijo con una sonrisa muy triste – Lo siento tanto...

- ¿¡Que lo sientes!? ¿¡Estas de broma!? ¡No pienso hacerlo!

Noa se quedo perpleja ante estas palabras.

- … ¿Como que no? ¡Debes hacerlo! O nos mataran a las dos.

- ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! - Repitió Nia varias veces como una niña pequeña - ¡Me niego a hacerle algo así a mi propia sangre!

Noa no pudo contener las lagrimas, estaba dispuesta a morir por su pecado pero no quería que su hermana pagara por sus errores también.

- ¿¡Me has oído!? ¡No pienso hacerlo!

Mientras decía esto Noa le ataco. Nia esquivo la onda de energía por poco.

- Pero... ¿que haces?...

- Si no me quieres matar por orden del maestro te obligare a que tengas que hacerlo. - Dijo mientras cargaba otra onda de energía.

Nia no podía creer lo que estaba viendo, todo era demasiado confuso, hasta aquella tranquila mañana todo había sido como siempre. Noa la había ido a despertar cuando le hizo el desayuno, ella no le hizo caso y cuando se levanto el desayuno ya estaba frió... como cada día. No podía creer que todo estaba cambiando de repente.

Paso una hora en la que Noa ataco sin cesar a Nia y ella solo se limito a esquivarlos, no le ataco ni una sola vez. Noa ya estaba al limite, estaba cansada y apenas tenia fuerzas para otro hechizo.

- Por favor... detente... - Suplico Nia mientras lloraba.

- …. Nun...ca.... - Dijo Noa mientras intentaba recuperar el aliento.

Volvió a atacarla y otra vez Nia lo esquivo. Noa ya no podía mantenerse en pie, le temblaban las piernas.

- Hermana... por favor... - Dijo Nia mientras se acercaba a ella.

Noa alzo su bastón hacia ella, deteniendo su avance.

- Si te acercas te volveré a atacar.

Noa al ver que esto no iba a tener final si Nia no ponía de su parte, y sabiendo que nunca lo haría, de repente tiro su bastón contra Nia, tirándola al suelo, y corrió tanto como pudo hacia el barranco.

- ¡Te quiero mucho Nia! - Grito antes de lanzarse por el barranco.

Nia no pudo gesticular palabra mientras veía como su hermana se suicidaba ante sus ojos.

Tras varios minutos en shock Nia bajo lentamente la montaña hasta llegar hasta el cuerpo de su hermana. Había mucha sangre a su alrededor, no podía soportar mirarla. Habían ganado, las normas de un gremio de soberbios habían ganado, le habían arrebatado a la única persona que quería, a su única familia. ¿Y para que? Para mantener “limpia” la estúpida sangre mágica. No, esto no iba a quedar así, Noa no iba a morir de esta forma, no lo iba a permitir.

Nia cogió un pequeño cuchillo que llevaba consigo, corto su propio cabello hasta dejarlo tan corto como Noa. Enterró a su hermana en lo alto del barranco, el lugar favorito de las dos. Y hecho todo esto marcho hacia Mont-chu. Ya no era Nia.

Como nadie sabia nada de la misión entro tranquilamente en la torre, mientras todos la llamaban “Noa”. Llego hasta la puerta del maestro y la hizo volar por los aires con una gran bola de fuego.

- ¡Sal de tu escondite, maldito viejo! ¡Si tantas ganas tienes de matarme intentalo tu mismo! - Grito Nia fuera de si.

- N-Noa... - Dijo el maestro sin salir de su asombro – Pero... tu poder mágico... ¡Yo note como desaparecía!

- Notaste mal, viejo – Y dicho esto una ráfaga de rayos fueron a parar al estomago del maestro que no pudo cubrirse al encontrarse atónito ante la figura viva de Noa.

El maestro murió al instante, Nia rió ante el cadáver del que le había quitado a su hermana. Salio de la torre matando a todos aquellos que se interponían en su camino. En total murieron veinticinco magos, casi un cuarto del total de miembros del gremio.

Nia volvió a la tumba de su hermana.

- ¿Has visto eso Noa? He matado a los que te querían hacer daño... pero no te preocupes, que no volverá a pasar, no, yo... yo viviré tu vida por ti, … Noa seguirá existiendo... Nia, Nia sera la que muera... tu no... yo, yo moriré... no tienes que preocuparte de nada, ¿vale?

Se quedo en silencio como si escuchara a alguien hablar.

- Si claro, buscare otro gremio mejor que este, donde te dejen enamorarte de quien tu elijas, si, si... estaremos bien.... - Comenzó a llorar mientras hablaba - …. muy bien... te lo prometo... Nunca volverás a sentirte sola por que... yo estaré ahí contigo.... por siempre...
as Leer más...

lunes, 20 de diciembre de 2010

Banda Sonora y capitulo 10!

Llevo tiempo pensando en la musica que escucho para inspirarme a la hora de escribir y me he dado cuenta que muchas de esas canciones quedan bien con los personajes principales. Asi que ire podiendo esas canciones, por ahora os dejo con lo que seria la musica de intro de El Gremio:


Esta cancion de BlindGuardian da nombre a la novela, es la que lo empezo todo^^ (No, no he copiado a FairyTail, los gremios existian antes que ellos, no nos pongamos como las fangirls de crepusculo eh? ¬¬u)


Si se os ocurren canciones para Zero y compañia no dudeis en decirmelo!

Por cierto, el capitulo 10 (yuju, 10 ya! No esperaba llegar xD) a sido mas corto pero os he dejado un suculento detalle al final, espero que os haya gustado^^



Yogur! Leer más...

Cap 10 - Error

Romeo y Cild subieron con cautela las escaleras, pues aun que no habían indicios que afirmaran que el ultimo guardián se hubiera enterado de su ataque podría haber puesto trampas y aparentar tranquilidad para pillarles desprevenidos. Con unos simples gestos de mano Romeo aviso a Cild que desde su posición podía ver al guardia. Cild asintió y se dispuso a llamar Henar de nuevo pero Romeo le indico que no lo hiciera, Cild aun que se quedo confusa acato la orden que Romeo le dio. Él dio un rápido paso al frente poniéndose frente al guardia y murmurando de forma casi inaudible conjuro una ráfaga de fuego con sus manos las cuales carbonizaron al guardia sin hacer el mas mínimo ruido. Romeo sonrío confiado, la misión estaba resultando muchísimo mas sencilla de lo que pensaba. Demasiado incluso.

- Vamos, solo queda Hom – Comento Romeo a Cild mientras terminaba de subir las escaleras.

Romeo no se fijo pero Cild ya no sonreía como hace un rato, él estaba demasiado orgulloso de si mismo en ese momento, se sentía invencible y poderoso aun que el comentario del mago, que le llamo “traidor” le quemaba por dentro. Aliarse con una bruja como Cild era pisotear todos sus principios sin remordimientos pero ahora no tenia tiempo para pensar en eso. Romeo abrió la puerta del dormitorio de Hom sin escuchar los gritos de Cild. Antes de que Cild terminara de gritarle “¡No lo hagas!” la puerta exploto, empujando a Romeo hacia la pared del fondo del pasillo gravemente malherido. Solo podía ver medio inconsciente como Hom salia de la habitación triunfante junto con una veintena de magos, guerreros y picaros que atacaron sin reservas a la indefensa Cild. Justo antes de perder totalmente la consciencia Romeo pudo ver como varios de esos hombres caían al suelo muertos, pensó que fue un ultimo intento de Cild que había invocado a Henar, se sintió estúpido y culpable pero no pudo seguir despierto ni un segundo mas y se desmayo.

Cuando volvió a abrir los ojos estaba en su cama, en Otherland, vendado de arriba a abajo, y Noa a los pies de la cama mirándole con preocupación y los ojos llorosos.

- ….¿Noa...? - Murmuro sin poder moverse.

Las lágrimas comenzaron a deslizarse por las mejillas de Noa y no pudo reprimir abrazarlo.

- ¡Estas vivo!

- … Si... ¿Que a pasado?.... ¿Donde esta Cild?...

- Estoy aquí – Dijo Cild, que entraba por la habitación con uno de los brazos vendados, seguramente roto.

Romeo sonrío pero su sonrisa duro poco al ver el gesto molesto de Cild. Noa al ver la situación se fue de la habitación, para avisar a Zero. Un largo e incomodo silencio inundo la habitación.

- … Lo sien-

- ¡Podríamos haber muerto! ¡Eres un inconsciente! - Le grito Cild muy enfadada.

Romeo se limito a cerrar los ojos y a asentir ante tales verdades.

- ¿¡En que estabas pensando!? ¿¡De verdad te creías que iba a ser tan fácil!? Si no llega a ser por Jin que nos siguió ahora estaríamos criando malvas.

-¿Jin?

- La mejor arquera de este lado del mundo – Dijo Zero entrando en la habitación, acompañado por Jin.

- Que exagerado llegas a ser. ¿Te encuentras mejor novato? - Dijo Jin sin maldad alguna.

Romeo la miro de arriba a abajo, era una joven de largos cabellos dorados, ojos claros y sonrisa hermosa. Era bastante alta pero no mas que él mismo. Asintió con vergüenza. Romeo volvió a mirar Cild.

- Tu brazo...

- ¿Esto? - Dijo Cild alzando el brazo vendando – No es nada, en un par de meses estará como nuevo.

- Tu en cambio – Comenzó Zero – Te esperan unos largos meses de reposo hasta que puedas volver a moverte, esa explosión te dio de lleno, te rompió varios huesos y daño varios órganos principales, sin hablar de toda la piel quemada.

Romeo se miro las manos vendadas, entre las telas podía ver como su piel se había derretido, era muy doloroso pero la vergüenza era aun mas dolorosa. Zero se percato de ello.

- Vámonos, debe descansar.

Y dicho esto Romeo se quedo solo, él cual no pudo seguir conteniendo las lágrimas. Acababa de aprender una importante lección, una que no olvidaría jamas.

En la misma puerta estaba Anima con Noa, esperando a Zero.

- Te dije que no saldría bien, pero te empeñaste en comprobarlo.- Y dicho esto Anima se fue.

Zero se quedo en silencio mirándola marchar, esta vez ella tenia razón y casi le cuesta dos miembros del gremio. Volvió a su habitación para borrar a Cild y Romeo de la lista de miembros activos.

Noa volvió a su habitación bastante triste, ella sabia perfectamente lo que era cargar con la muerte de alguien a tus espaldas. Una vez en su habitación se subió a una silla y apago la cámara que Zero había colocado en un rincón, bajo de la silla y se dirigió a su mesa. Una de las patas tenia un cajoncito secreto y dentro de él había una foto de una Noa mucho mas joven junto a una chica de aspecto mas agresivo pero de mismo rostro que ella.

- Te echo de menos, hermana... - Susurro mientras acariciaba la foto.
as Leer más...

lunes, 13 de diciembre de 2010

Cabecera provisional 2.0

Por mas que miraba la cabecera nueva no me gustaba asi que he decidido probar con una cabecera mas "neutral", mas del gremio y no de los protagonistas. Espero que os guste mas que la anterior^^

Por cierto la imagen pertenece a Nathalee (para evitar complicaciones con los derechos de autor os pongo la dire de su deviantart :3)

Yogur! Leer más...

Cap 9 - Bruja

Romeo entro en la habitación. En ella estaban Zero en su sillón de cuero, Anima apoyada en la pared mirándole de reojo, y alguien de espaldas a el tapado con una capucha. Llevaba una túnica muy ancha y no podía saber si era un hombre o una mujer. Tenia una extraña y desagradable sensación pero no le hizo caso.

- … ¿hola?

Zero levanto la vista y le miro.

- Ya era hora. - Se limito a decir.

Romeo asintió con resignación y guardo silencio.

- Te presento a tu pareja de trabajo – Musito Zero mientras aquella extraña persona se daba la vuelta y bajaba su capucha– Su nombre es Cild y es una...

- ¡Bruja! - Grito Romeo visiblemente incomodo – Las brujas están prohibidas en Uvra- Ahora ya sabia por que tenia una mala sensación, la magia impura de la bruja invadía la estancia.

Zero le echo una mirada fulminante y Romeo tembló. La joven se limito a sonreír mientras se apartaba el pelo ondulado de la cara.

- No importa Zero, era lo mas lógico que pasara si me ponías de pareja con un mago – Dijo con su voz suave y dulce.

Romeo la volvió a mirar de arriba a abajo, no parecía tan peligrosa como le habían contado que eran los brujos pero tenia ese rasgo tan característico de los brujos que habían vendido su alma a los demonios, un ojo con la esclerótica negra y el iris amarillo. El iris variaba según el brujo, puesto que no todos vendían su alma al mismo demonio y eso era algo distintivo.

- Lo se, pero quiero ver que puede pasar uniendo dos magias tan diferentes en un mismo equipo.

- Que acabaran matándose entre ellos – Dijo tajante Anima.

Ese comentario provoco un silencio incomodo que Zero disfruto como siempre que Anima decía lo que pensaba de repente. Ocurría muy pocas veces.

- No creo que eso llegue a ocurrir, ¿verdad? - Dijo Cild sonriendo a Romeo.

Romeo se limito a un ligero cabeceo. Le incomodaban sus ojos, su posición como bruja y sobretodo la energía que desprendía. Estaba acostumbrado a una energía fluida y suave, la típica en un mago pero la de los brujos era agitada y violenta, sumamente desagradable para cualquier mago.

- Bueno, hechas las presentaciones todo el mundo fuera de aquí, tengo que trabajar. Ah, y vosotros también – Dijo Zero señalando a la nueva pareja.

- ¿Nosotros? - Pregunto Romeo señalándose a si mismo.

Anima se fue, cerrando la puerta tras de si, algo raro en ella. Una vez se quedaron solos Zero prosiguió.

- Necesito que os encarguéis de este tipo.

Una de las muchas pantallas de Zero se ilumino y podía verse en ella la cara de un hombre.

- Se llama Aldert Hom, quiero que lo liquidéis.

Cild y Romeo asintieron pero Romeo estaba visiblemente incomodo, no le gustaban ese tipo de misiones.


Caminaron por las calles mas oscuras de Uvra en silencio. Al cabo de una hora llegaron a una pequeña casa escondida entre dos grandes edificios. Se escondieron en un lugar cercano.

- ¿Y ahora que? - Pregunto Romeo, era su primera misión y no sabia a ciencia cierta como actuar, en LasterKha nunca tuvo que hacer este tipo de “recados”.

Cild, en silencio, se toco la oreja enseñándole a Romeo el radiotransmisor. Romeo empalideció, el no tenia ninguno. Cild al verle, sonrió y le dio uno que llevaba guardado en el bolsillo.

- ¡¿Pero como se te ocurre olvidarte algo tan importante?! ¡Inútil! - Oyó nada mas ponérselo.

- Perdona – Se limito a contestar Romeo ante las risas de Cild.

- Bueno, escuchadme bien. - Comenzó Zero – En la entrada hay dos guardias, dos guerreros, dentro, en la sala de estar hay cuatro mas, un mago, dos picaros y un guerrero y en el piso de arriba junto a la habitación de Hom hay uno mas, un guerrero.

- Bueno, no sera complicado... - Dijo Cild con tranquilidad.

- Tampoco quiero que os confiéis Cild, estad alerta igualmente. Si fracasáis el problema va para el gremio.

- ¿Para nosotros no? - Pregunto Romeo con inocencia.

- Si fracasamos es por que estaremos muertos. - Contesto Cild de forma seca.

Romeo se quedo atónito ante tal afirmación. Realmente esto iba en serio, ahora ya no era miembro de LasterKha, que mas que un gremio era un colegio para niños mimados, estaba en el gremio de Otherland, donde sus miembros se jugaban la vida de verdad por unas monedas...

Cuando Romeo salio de su ensimismamiento Cild ya había matado a los guardias de la puerta con total sigilo. No sabia como lo había hecho y eso le incomodaba aun mas.

Cild le hacia señas con la mano “Venga” le espeto. Romeo fue hasta ella.

- ¿Como los has tumbado tu sola?

- Soy una bruja ¿recuerdas?

Acabada esta conversación sin final satisfactorio para Romeo se dispusieron a entrar. No sin antes escuchar las indicaciones de Zero.

- Nada mas entrar hay un pequeño pasillo, cruzadlo rápido, al final esta la sala de estar donde los guardias están distraídos.

Obedecieron a Zero al pie de la letra, y sigilosamente llegaron hasta la puerta de la sala de estar, que se encontraba entreabierta y podía oírse como los guardias se divertían jugando a las cartas, despreocupadamente. Cild abrió la puerta de par en par, pillando a los guardias por sorpresa, Romeo se escabullo por la derecha y con una bola de fuego mato al guerrero que tenia mas cerca y al pícaro que estaba plácidamente dormido en el sofá mas cercano. Romeo estaba celebrando su pequeña victoria cuando noto una sombra tras de el, era el otro pícaro que se había colocado a sus espaldas y ya alzaba una daga sobre su cabeza. Romeo no sabia como reaccionar pero de pronto oyó a Cild pronunciar unas palabras que no había escuchado nunca “Portae inferi dilata”, de repente noto el ambiente mucho mas cargado, la energía fluía de forma aun mas turbulenta que antes y cuando creía que iba a desmayarse por la tensión y el ambiente oyó agonizar al que debía ser su ejecutor. Romeo le miro y vio que una punta de lanza, brillante cual diamante, estaba clavada en la garganta del pícaro, pero a su vez la punta no estaba unida a un bastón sino a un látigo, y solo había una criatura en el mundo que usara ese tipo de arma tan sofisticada y letal.

Ahí estaba, amarrando el extremo del látigo, una criatura venida desde el infierno, una sucubo.

- ¡Muy bien, Henar! - Grito de jubilo Cild.

La sucubo se limito a mirar con una gesto burlón a Romeo que se encontraba agachado, mientras chasqueaba su látigo y movía las caderas con sensualidad. Se giro violentamente agitando su larga melena cuando un cono de hielo paso entre ella y Cild. El mago aun seguía en pie y ya estaba cargando otro hechizo cuando Cild grito:

- ¡Acaba con el!

Henar se limito a sonreír y volvió a lanzar su látigo atravesando la mano que mantenía alzada el mago. Este cayo al suelo, retorciéndose de dolor cuando la sucubo se acerco a el con tranquilidad.

- ¡Malditos seáis todos los brujos! ¡Y tu también, traidor!

- Tristis Ahenobarbus... - Dijo la sucubo antes de atravesarle el cuello con el afilado tacón de su bota.

Cuando el mago murió la sucubo comenzó a reír como una lunática, sin percatarse de que Cild y Romeo se acercaron a ella.

- … ¿Eso es normal? - Pregunto Romeo con nerviosismo

- ¿En ella? Si – Afirmo Cild con tranquilidad – Henar, vuelve al plano infernal.

La sucubo se giro hacia ellos al escuchar su nombre y con la misma mirada de superioridad y con aire burlon que lucia todo el tiempo dijo:

- Volo magis homines occidere.

- ¿Que ha dicho? - Pregunto Romeo sin poder dejar de mirar a sus hipnóticos y bellos ojos, afilados como cuchillos y amarillos como el de Cild.

- Ni idea – Contesto Cild encogiéndose de hombros – Hace poco que la conozco, aun no se su idioma. Solo se invocarla y poco mas.

Henar suspiro con desgana y desapareció en el mismo agujero negro, creado de la nada, por el que había venido.

- Solo queda el ultimo guardián y parece que no se ha enterado de nuestra presencia aun – Dijo Romeo intentando aparentar seguridad.

Cild se limito a sonreír y a asentir. Entonces subieron las escaleras hasta el primer piso.
as Leer más...

sábado, 11 de diciembre de 2010

Cabecera provisional

Bueno, como me aburria mucho he hecho esta cutre cabecera. He cogido imagenes de deviantart que simulaban a los protagonistas.

De Izq. a der.

Noa (la pelirroja), Anima (ojos negros), Romeo (fuego), Alfa (espada), Wyn (dragon) y Zero (gafas)

Espero que os guste^^
Leer más...

jueves, 9 de diciembre de 2010

Cap 8 - Secretos

Amanece un día mas en Otherland. Un Romeo medio dormido desciende las escaleras para encontrarse cara a cara con sus nuevos compañeros de gremio. No era lo que esperaba, había más de treinta personas comiendo como cerdos, gritando y algunos incluso bailaban sobre las mesas... ¿Tan temprano y ya borrachos?... Era una imagen muy diferente a su antiguo gremio, donde todos eran magos estirados que pasaban mas tiempo en la biblioteca que en la calle. Romeo suspiro ante tal pensamiento y termino de bajar las escaleras. Cuando puso ambos pies en el suelo del piso se hizo el silencio. Todos miraron fijamente a Romeo, eso le incomodo muchísimo, no le gustaba llamar tanto la atención. El silencio continuo hasta que la voz de Zero resonó por la sala:

- Él es Romeo, un mago de fuego, ¡el nuevo miembro de nuestro gremio!

Todos gritaron al unisono “¡Bienvenido!” mientras algunos tiraban confeti y otros pequeños conjuros de luz a modo de cohetes. Romeo tardo unos segundos en reaccionar, había pasado la mayor parte de la noche planteándose si había hecho bien en unirse, si esta gente serian malas personas, si estaría cometiendo un error... Pero al ver la bienvenida que le ofrecieron todos sus dudas se marcharon, por muy mala reputación que tuvieran ningún rumor venia de alguien que los hubiera visto de forma tan cercana. Romeo sonrío ampliamente y se sentó entre Noa y Alfa, los cuales le estaban esperando.

- ¿No te esperabas esto eh? - Dijo Alfa sonriendo. - A sido todo idea de Noa.

Romeo negó con la cabeza y después miró a Noa.

- Muchas gracias, realmente no me esperaba algo así.

La musica inundo la estancia, todos bebían y comían celebrando la llegada del nuevo miembro. No era algo usual ya que la expulsión de un miembro de un gremio no era algo común, lo normal era matarlos para evitar que desvelaran secretos del gremio. Secretos que Zero atesoraba hasta que podía darles uso. Zero era famoso por eso, nadie tenia secretos para él en Uvra, a veces ni siquiera poseía el secreto pero la gente daba por sentado que si por que era lo lógico a pensar.

Fuera, en el porche de la casa había un sofá viejo donde Anima y Jin conversaban en ese momento.

- El nuevo parece un buen chico.... - Dijo Jin sonriendo.

- Supongo - Se limito a contestar Anima.

- Tu en tu linea, mientras menos palabras mejor, ¿verdad?

Anima se limito a asentir y Jin no pudo evitar reír ante aquel gesto tan típico de Anima.

- Las palabras... - Comenzó a musitar Anima – … se pueden volver contra uno, el silencio no.

- Eso no es del todo cierto – Dijo Zero, saliendo por la puerta principal.

- Zero... - Dijo Anima.

Jin hizo una pequeña reverencia.

- Buen trabajo en tu ultima misión, Jin – Dijo Zero – Tengo otra para ti, saldrás mañana.

Jin asintió. Zero no solía felicitar a la gente por su trabajo, si no decía nada es que era bueno, si decía algo solo eran criticas pero Zero sabia que Jin trabajaba mejor si la alentaban o felicitaban cuando hacia algo bien, era tan fácil de domesticar...

Paso el resto del día sin incidentes graves, solo los típicos cuando bebían... Alguien perdía un brazo, algún mueble salia volando por la ventana, volaban medio techo... Lo normal en el gremio. Llegada la noche Romeo volvía a su habitación a descansar cuando se encontró a Anima frente a su puerta. Un escalofrío recorrió su nuca, aun que todos los demás parecieran amigables ella siempre tenia la misma expresión en el rostro y eso ponía a Romeo de los nervios...

- Zero quiere verte – Y dicho esto se marchó.

Romeo aun no se acostumbraba a este tipo de trato tan cambiante de unas personas a otras. Por un momento Romeo se pregunto si Anima era así de seria con todo el mundo o por el contrario en compañía de sus amigos era amigable y chistosa... Desecho esa imagen tan escalofriante en seguida. Una Anima risueña le daba aun más miedo que la Anima seria.

Cuando llego a la puerta de la habitación de Zero levanto el puño para picar a la puerta cuando la voz de Zero se dejo escuchar.

- Pasa, esta abierto.

A eso tampoco se acostumbraba, Zero los vigilaba día y noche sin importar donde estaban. Él lo sabia todo de todos y nadie sabia nada de él. Romeo abrió la puerta y encontró a Zero de pie, sosteniendo un libro. No podía verlo en su totalidad pero por la portada parecía un libro de la biblioteca secreta de LasterKha, pero era imposible, la biblioteca estaba fuertemente protegida y era un absoluto misterio que... Romeo cerro lo ojos un momento, era muy inocente por su parte creer que Zero no sabia de la existencia de esa biblioteca.

- Veo que has reconocido el libro – Dijo Zero extendiéndolo para que Romeo lo cogiera.

Romeo entro en la habitación y cogió el libro, realmente era un libro de LasterKha. Seguramente Anima habría ido a buscarlo.

- Jin lo trajo anoche para mi – Dijo Zero como si le hubiera leído la mente.

Se sentó en su sillón de cuero negro y espero la reacción de Romeo. Romeo le miro extrañado.

- ¿Y que quieres que haga?

- Que uses tu magia, el libro sin la magia adecuada no es mas que paginas en blanco pero con la magia adecuada se puede leer.

- No creo, ya habrán cancelado mi magia y...

- Aun no . Le interrumpió Zero – Aun hay tiempo.

Romeo no entendía las motivaciones de Zero, por lo que él sabia esos libros solo hablaban de hechizos de antiguos miembros de LasterKha, eran conjuros poderosos pero solo un miembro consagrado de LasterKha podía llevarlos a cabo... Le parecía una tontería pero no podía negarse a lo primero que su nuevo líder le pedía así que accedió. Abrió el libro por la pagina indicada y poso la mano derecha, con el anillo de LasterKha. Una brillante luz purpura manaba de la palma de la mano de Romeo y se extendía por la pagina dibujando letras por todas partes. Romeo no podía salir de su asombro pero no dejo de concentrarse. Cuando acabo, la luz purpura desapareció después de un fugaz y potente chispazo.

- A funcionado... - Dijo Romeo sin acabar de creerlo.

Zero sonrío y agarro el libro rápidamente.

- Marchate. - Ordeno seriamente.

Romeo estaba confuso pero prefirió no contradecirle y se marcho, cerrando la puerta tras de si. Bajo las escaleras y se metió en su cuarto. Entonces Jin salió de su habitación y fue al cuarto de Zero.

- Quiero que me traigas esto – Le dijo Zero señalándole una de las paginas.

- Me llevara unos días...

- Los que necesites, pero lo quiero, y lo quiero vivo.

Jin asintió y se marcho. Zero cerro el libro y lo guardo, junto con un montón de libros de LasterKha.

- Bibliotecas secretas a mi... - Dijo con todo burlón.


- ¡Buenos días! - Grito Noa al tiempo que abría la puerta del cuarto de Romeo.

- ¿Ya es de día...? - Dijo Romeo medio dormido.

- ¡Siii! ¡Arriba dormilón! ¡Hoy es el gran día! . Exclamo visiblemente emocionada.

-¿Gran día? ¿De que?

- Hoy Zero te asignara a tu pareja perfecta.

Romeo se sonrojo ante esa expresión.

- ¡¿Que?! ¡¿Quien se a creído que es Zero para buscarme novia?!

- ¿Novia?... Me refería a compañero de trabajo.

- Ah... Bueno.... Vale...

Noa sin dejar de sonreír le saco de la cama.

- Vistete y sube al tercer piso, Alfa y yo te esperamos ahí. - Y dijo esto se marcho.

Romeo miro su reloj, solo eran las cinco y media de la mañana... ¿Como podía tener tanta vitalidad a esas horas? Se desperezo, se vistió y salio de su cuarto, hacia el cuarto de Zero en el tercer piso.
as Leer más...

domingo, 5 de diciembre de 2010

Retraso

El capitulo 8 de El Gremio saldrá el Miércoles 8 por motivo del puente. Perdonad las molestias.


Yogur
Leer más...