Vigila tu sombra, nunca sabes quien puede volver a buscarte. - Zero.

lunes, 17 de enero de 2011

Cap 14 - Guantes

El sol penetra con fuerza a través de los cristales del cuarto de Romeo. Aun que es prácticamente mediodía Noa no fue a despertarlo. Romeo se levantó con pereza y fue hasta su armario para vestirse. Las manos, aun que aun vendadas, no le dolían nada. Hoy era el día que había estado esperando dos años. Hoy, al fin, sus heridas estaban sanadas y volvería al trabajo. Una vez vestido se acerco al pequeño espejo que tenia en su cuarto, realmente debía afeitarse, ya que al no salir de su cuarto desde el accidente no se había molestado a arreglarse lo más mínimo. Paso esos dos años escuchando el crujir de las maderas al pasar alguien cerca de su puerta, el interfono de Zero mandando misiones especiales y las pequeñas peleas ocasionales que ocurrían a la hora de cenar, cuando todos ya estaban borrachos.

Una vez totalmente aseado y vestido, abrió la puerta de su habitación y para su sorpresa Alfa, Cild, Jin y Noa estaban esperándole.

- ¡Si que has tardado! - Le espeto Alfa – Llevamos dos horas esperándote.

- ¿Estabais esperándome? - Pregunto Romeo aun sorprendido.

- ¡Claro que si! Hoy es el gran día – Dijo una Noa risueña.

Romeo se limito a sonreír, no se esperaba esta sorpresa.

- Bueno, vamos tirando, que sino Zero se enfadara. - Comento Cild.

- No me lo recuerdes... - Dijo Alfa antes de subir las escaleras.

Cuando llegaron arriba, Romeo se adelanto a todos y pico a la puerta. “Adelante Romeo” escuchó, una forma sutil de dar a entender que sólo Romeo debía entrar. Antes de entrar miro a sus amigos, todos estaban expectantes de que volviera a salir con buenas noticias. Entro y cerro la puerta tras de si.

- Buenos días Romeo – Dijo Zero.

- Buenos días – Romeo miro por la habitación, Zero estaba solo, algo raro en él.

- Buenos días – Dijo Anima, la cual surgió desde las sombras a las espaldas de Romeo.

Romeo se quedo atónito, ni siquiera noto como se acercaba a él. Zero limito a sonreír ante su expresión mientras Anima se colocaba a su lado.

- ¿Que tal te encuentras?

- Mejor, las manos ya no me duelen... Que era lo que más tardaría en sanar, ¿no?

- Si, acercarte, vamos a quitarte el vendaje.

Con cuidado y dejando caer sobre las manos de Romeo un liquido rosado, Zero retiró todo el vendaje. Romeo mantuvo los ojos cerrados, le daba demasiado miedo el estado en el que se habrían quedado. Aun cuando no había abierto los ojos pero notaba que el vendaje ya no estaba oyó:

- Vaya, tus pociones mejoran con el tiempo Zero.

Romeo, esperanzado al escuchar eso abrió los ojos y se acerco las manos a la cara para verlas pero no estaban como él deseaba. Ambas manos tenían cicatrices por todas partes y en las palmas dos grandes marcas de quemaduras, más suaves y pequeñas de lo que deberían pero cicatrices al fin y al cabo. La expresión de decepción de Romeo hizo enfurecer a Zero.

- Sin la ayuda de Zero habrías perdido la sensibilidad y prácticamente la forma de las manos, al menos deberías agradecer que otro haya resuelto tu error – Dijo Anima de forma muy dura y clara.

Zero se limito a volver a su ordenador.

- Ya puedes largarte.

Romeo se sintió fatal, realmente Anima tenia razón, sin Zero ya no tendría manos o estaría muerto y él solo le había pagado con una cara de decepción. Hizo una pequeña referencia y se giro para irse.

- Una cosa más – Comenzó a decir Zero – Esta tarde vuelve, te presentaré a tu nueva pareja.

- ¿Nueva pareja? - Pregunto Romeo girándose - ¿No lo era Cild?

- Cild ahora va con Jin.

- Ah... esta bien – Y dicho esto se fue.

- ¿Quien sera el afortunado? - Pregunto Anima con curiosidad.

- Ya lo veras.

Romeo volvió con todos, los cuales le esperaban en el salón, en la planta baja. Iba con las manos en los bolsillos, no quería que sus amigos le vieran así. Pero su cara era como un libro abierto.

- ¿Que ha pasado? - Pregunto Alfa.

Romeo suspiro resignado y enseño sus manos, los demás no pudieron ocultar su expresión de preocupación y un poco de asco. Al verlo Romeo volvió a esconder las manos y dijo:

- Si no os importa vuelvo a mi cuarto.

Nadie se lo impidió, Romeo había pasado esos dos años prácticamente solo en su cuarto, aun que no le visitaban sabían que estaba muy deprimido y el estado de sus manos no le hacia sentirse mejor.

Cuando llego a su cuarto encima de la mesa había un objeto que no estaba cuando se fue. Unos guantes de cuero negros, muy desgastados pero muy resistentes. Romeo se acerco a ellos y los cogió, no sabia bien que hacían ahí. Pensó que podría ser un regalo pero lo descarto enseguida ya que sus amigos estaba abajo con él cuando les contó lo de sus manos, y no creía que pudieran ser tan previsores. Pero era más lógico pensar eso, al fin y al cabo, que no creer que el regalo provenía de una de los dos personas restantes que sabían lo de sus manos. No, definitivamente los guantes no podían ser ni de Zero ni de Anima.

Ya con los guantes puestos, y siendo la hora de comer, Romeo bajo bastante más animado al comedor. Todos le acogieron con alegría y le hicieron un sitio a su lado para comer. Mientras comían Cild, sentada frente a él preguntó:

- ¿Como es que has bajado a comer? Pensábamos llevarte la comida más tarde.

- Es que “alguien” me ha hecho un regalo inesperado y acertado – Dijo Romeo sonriendo.

- Me alegro – Se limito a contestar Cild.

Le hubiera gustado saber quien había sido pero si esa persona prefería seguir en el anonimato no iba a contradecirle. Él ya era feliz así.



>> Mientras tanto, Zero y Anima estaban mirando a los miembros comer desde el primer piso.

- Eres una blanda... - Bufo Zero.

Anima, que ya no llevaba sus guantes, echo una mirada fulminante a Zero y se marcho en silencio.
as

1 comentario:

  1. Wooo me ha encantado y cada vez me gusta más, aunque estoy deseando ser quien es el nuevo compañero ^^. Que mona es Anima jajaja. Y el comic me encanto.

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